26.2.11

Animal, devenires y Deleuze


El animal desempeñaba un papel polémico en la exploración del límite no humano de la antropología, investigación que no salía así del marco de un sistema hombre-animal. Ya cuando la noción aparece por primera vez, en Kafka, Deleuze y Guattari alertan contra una concepción demasiado «molar» del animal: «¿No están los animales demasiado territorializados, no son demasiado significantes?» (K, pág. 28). El animal es una potencia de desterritorialización, no una forma de existencia dada. «No se debe atribuir una importancia exclusiva a los devenires animales» (MP, pág. 306). Esto conduciría a ordenar las multiplicidades con arreglo a una serie evolutiva que postularía «una especie de orden lógico en esta hilada, estos pasajes o estas transformaciones» (MP, pág. 306), como si se tratara de volver a bajar la escala evolutiva privilegiando la involución pero conservando las jerarquías de la materia, del organismo y de lo humano. El devenir-animal sirve pedagógicamente para poner de relieve el modo en que las multiplicidades se componen realmente por hecceidades. Cada multiplicidad es simbiótica y mezcla todos los devenires (humanos, animales, moleculares). No hay, pues, un orden de regresión del hombre al animal, sino que todos los devenires son, en efecto, simbióticos y moleculares